Sí, lo reconozco: soy adicta al chocolate. Seguramente por eso soy de las que no pueden decir no a un buen chocolate con churros. Por ello, para mí la Chocolatería de San Ginés es una parada más que obligada y es que nunca es más momento para un buen chocolate con churros.
La Chocolatería de San Ginés es un clásico y, de hecho, abrió sus puertas hace nada menos que 120 años. Pese a haber pasado tanto tiempo, San Ginés, situada en el Pasadizo del mismo nombre junto a la céntrica Puerta del Sol, sigue siendo la chocolatería de referencia de Madrid.
Así, esta chocolatería queda situada cerca de la discoteca Joy Eslava al final de un pasadizo encantador. Advertir que es bastante común que, al acercarte a sus puertas, divises una larga cola… Respira hondo y ármate de paciencia, ya que la espera merece la pena.
Ya advierto que la Chocolatería de San Ginés no es un sitio “fashionable”, “trendy” ni al que se le pueda aplicar ninguno de esos adjetivos calificativos ingleses que tan de moda están a día de hoy. En todo caso, es un local que transmite autenticidad y el valor de lo tradicional. De hecho, su decoración se basa en mesas con sillas sencillas y paredes recubiertas de espejos y fotografías de célebres personajes que han pasado por alli.
Mucho se ha escrito de esta famosa chocolatería y, de hecho, tal como conmemora una placa exterior, en ella se inspiró Valle-Inclán al crear la Buñolería Modernista, uno de los escenarios del Madrid de Max Estrella en su esperpento “Luces de Bohemia”.
En mi opinión, todo amante del chocolate con churros ha de dejarse caer por San Ginés, con la ventaja de que cualquier momento es bueno, ya que este local está abierto todos los días del año durante las veinticuatro horas del día.
Para acabar y como curiosidad señalar que Tokio también cuenta con su Chocolatería San Ginés y es que, como decía un anuncio de cervezas: “lo bueno donde va triunfa”.
“El chocolate: el champán de los pobres” Daniel Worona
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